Introducción
El lenguaje se constituye en la base fundacional de las acciones que tienen lugar en el ámbito escolar.
Es fundamental comprender como se da en el niño el proceso normal del aprendizaje de la lectura y escritura y a partir de allí como se va construyendo el conocimiento científico sistematizado que la escuela le ofrece de una manera programada.
Cuando el niño comienza su escolaridad primaria ya cuenta con una competencia lingüística, es decir cuenta con la síntesis de las experiencias referidas al lenguaje que ha podido realizar en el transcurso de su corta vida.
Entonces la escuela, en la figura del maestro le propone la consigna de valerse de sus competencias para ir construyendo el proceso interactivo q constituye la esencia de todo aprendizaje.
Se producirán diferencias con relación a lo que cada niño encontrará en su propio bagaje y por lo tanto cada uno de ellos construirá en consecuencia.
Estas diferencias se centran fundamentalmente en aspectos psicológicos, socioculturales, madurativos, cognitivos, etc., que hacen que cada niño tenga un tiempo particular para aprender.
El lenguaje como materia prima del aprendizaje pedagógico
El lenguaje es el factor substancial de las construcciones que se han de producir en el ámbito escolar, ¿qué sucede, entonces, cuando esa función ha sufrido alteraciones en su proceso de organización? es decir, ¿qué le sucede al niño cuando en el momento de volver a su lenguaje para producir debe valerse de un contenido desorganizado en alguno o en ambos aspectos que lo componen: el semántico y/o fonológico-sintáctico?
Lo que sucede es q en tales condiciones, ese niño se retase el proceso constructivo. Es necesario aclarar, que ese retraso, no guarda relación con las naturales diferencias de tiempos para aprender, a las que se hacia referencia anteriormente.
Lo que se trata de exponer, es que ese lenguaje, resultara al niño ineficaz para las nuevas construcciones que debe emprender, en consecuencia se consta que el proceso que implica el aprendizaje no se va produciendo en la forma esperada, porque el niño no puede interactuar con ese objeto de la cultura que s la lecto-escritura. Podrá obtener en un primer momento, un rendimiento eficaz en acciones que involucren leer o escribir, pero esa eficiencia se desvanece con rapidez, pues el rol del lenguaje en el transcurso de la escolaridad es preponderante.
El rol del lenguaje en el ámbito escolar
La trama institucional que constituye la Escuela se teje, se registra, se sostiene y queda inscripta en la historia gracias al lenguaje. Es decir se programa con lenguaje, se interactúa con lenguaje y final mente se almacenan las experiencias allí realizadas, también con lenguaje.
En los primeros años escolares, el niño recurre a su lenguaje expresivo y, con sus significaciones, puede analizar, sintetizar, agregar, quitar, ensayar, acertar y equivocarse, y así en relación con sus pares y con la orientación del adulto en la figura del maestro, irá armando los aprendizajes para acceder al conocimiento científico, especialmente sistematizado que la escuela ya tiene programados.
En estos primeros años la función socializadora del lenguaje, es la que adquiere mayor relevancia: el niño participa cotidianamente en situaciones, en las cuales, la interacción comunicativa con sus pares, y con el adulto constituye el eje central de la actividad escolar.
A partir de los grados medios, aproximadamente a partir del cuarto grado, los contenidos escolares comienzan a ser abstractos, al niño se le aleja la posibilidad de manipular el objeto que debe aprehender. Entonces en lenguaje, constituyéndose en estrategia fundamental del aprendizaje pedagógico, se coloca como mediador entre el niño que construye y el conocimiento que debe ser construido.
Vigotsky se refiere al papel mediatizador del lenguaje cuando dice: “…el principal papel de la palabra es su papel designativo, como función de representación, de sustitución del objeto y está siempre dirigido hacia fuera, hacia un objeto, una relación o una cualidad. Gracias al papel designativo de la palabra, el mundo se duplica y el hombre tiene la posibilidad de operar mentalmente con las cosas, aún en su ausencia…”. Así mismo, Luria expresa que la principal conquista que el hombre obtiene gracias al lenguaje es la posibilidad de relacionarse con los objetos en ausencia de sus percepciones inmediatas.
El lenguaje se constituye en uno de los pilares fundamentales de la alfabetización. Luego este proceso de instrucción, producto de la construcción social, permite una interminable cadena de aprendizajes ulteriores, en los cuales entre el lenguaje y el conocimiento se establece un canal de ida y vuelta, de intercambio sostenido, constante e intransferible, a veces ayudado por la imagen.
Si por un lado consideramos al lenguaje como materia prima de la lectura y la escritura, interactuando de manera permanente con el conocimiento, y por otro lado consideramos que la escuela tiene como objetivo principal partir de la alfabetización para sistematizar el conocimiento, se podrá claramente ver que es el Lenguaje el que ofrece la base fundacional de la Escuela como institución social.
REFERENCIA:
http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=194
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